sábado, 21 de julio de 2007

De Nuevo


Ahora me siento especialmente ansioso. Me siento lleno de flores. Todo podría ocurrir y siempre sería algo impresionante, podría resucitar el ultimo de los reyes Zulús, abrirse la tierra en dos y yo estáría confiado en mis mañanas estarán más resplandecientes, que siempre serán claras aún en julio.
Estoy idiota. Lo he comprendido finalmente. No un idiota que me margine de todo, siempre estoy a la caza de nuevos elementos. Soy el que camina entre los senderos y se maravilla con las piedras y los árboles. Porque no dejarme asombrar un rato con el frio que penetra en la piel y te hace sentir vivo, de la lagrima que cae por alguna mejilla y que siempre nace desde el corazón.
Sólo intento ser el hombre nuevo, el que camina con todos los sentidos prendidos hacia cualquier parte. No seré yo quien me detanga ni será alguien que me haga caer. Me siento con la alegría del viento. Ahora puedo ser siempre alguien nuevo, porque seré yo todos los días.
Y si no les quedó claro, le informo: no estoy en el suelo, sino camino sobre él; no vuelo, pero no pierdo las esperanzas; no soy del agua, pero no tengo sed.

un tiempo a esta parte

de un tiempo a esta prate he estado algo perdido, como la canción de Ismael Serrano, aunque en mi particular caso mi ocupación ha estado destinada a dedicarme a mis responsabilidades u obligaciones que ameritaban mi tiempo. Pero mi mente siempre tiene laberintos y salidas en donde puedo ir a refujiarme de momentos en que he estado fuera de mi.
Siempre he sido yo. El mismo. El mismo que piensa en el mundo y cree que puede girar hacia otro lado y otros destinos. Soy yo quien ha estado buscando su propio esquivo destino en cada uno de los putos rincones de esta gran ciudad, y no he descansado. No existe el tiempo para dormir, debo seguir parado frente al mundo que espera que cumpla con las resposabilidades que he ido adquiriendo con el pasar de los años -la edad no es otra cosa que asumir tareas y hacerlas como si fueran la palanca que controla al mundo-.
Estoy a las puertas de cumplir mis 25 años y no es fácil asumirse adulto, nunca es fácil saber que debes cumplir con lo que la sociedad espera como miembro de ella, así como tampoco de los asuntos que uno mismo asume como reales y debe cumplirlos por obligación personal porque son el camino hacia un horizonte que nosotros mismos nos hemos fijado. Dar con nuestras propias oblugaciones es un asunto serio, mirar hacia atrás y ver lo que hemos hecho y preguntarse por qué hacemos lo que hacemos es más serio aún, tan serio como pelliscarse y saberse vivo y que este camino está rodeado de inmensos paisajes que muchas veces son mejores que el propio destino. Nunca dejaré de mirar mi camino ni mis pasos y el paisaje se abre grande, muy grande dentro de mi.