Ahora me siento especialmente ansioso. Me siento lleno de flores. Todo podría ocurrir y siempre sería algo impresionante, podría resucitar el ultimo de los reyes Zulús, abrirse la tierra en dos y yo estáría confiado en mis mañanas estarán más resplandecientes, que siempre serán claras aún en julio.
Estoy idiota. Lo he comprendido finalmente. No un idiota que me margine de todo, siempre estoy a la caza de nuevos elementos. Soy el que camina entre los senderos y se maravilla con las piedras y los árboles. Porque no dejarme asombrar un rato con el frio que penetra en la piel y te hace sentir vivo, de la lagrima que cae por alguna mejilla y que siempre nace desde el corazón.
Sólo intento ser el hombre nuevo, el que camina con todos los sentidos prendidos hacia cualquier parte. No seré yo quien me detanga ni será alguien que me haga caer. Me siento con la alegría del viento. Ahora puedo ser siempre alguien nuevo, porque seré yo todos los días.
Y si no les quedó claro, le informo: no estoy en el suelo, sino camino sobre él; no vuelo, pero no pierdo las esperanzas; no soy del agua, pero no tengo sed.