¿Qué se ama cuando se ama?

el incandescente poema de Gonzalo Rojas me consume hasta los huesos. No puedo dejar de leerlo y pensar que el amor es algo religioso, sino lo más cercano a dios que podamos acceder.
ya lo decia el redentor -por cierto, antes de morir en la cruz en un acto nada amoroso...-, que el amor siempre es la conexión más fuerte entre los seres humanos. Si hasta ahora he sido melozo y cristiano (cosas harto extrañas en mi) no es por pura casualidad. Aún no se han derretido los polos.
El amor siempre será la ligazón máxima a la que podemos aspirar los seres humanos (NO DIRÉ EL AMOR ES MÁS FUERTE! es que me acuerdo del Papa Wojtyla y me dan arcadas).
ya no sé lo que estaba escribiendo, se me cruzó un dios crucificado, un papa e inmensos sentimientos de amor por el prójimo, y por sobretodo la inmensa idea sociológica sobre la interconexión sociocultural y sombólica de las contrucciones relacionales de los sujetos a trevés de los lazos sentimentales. Perdí el hilo como Teseo en el laberinto buscando la salida y eludiendo al minotauro. Pero bien sabe Alejandro Magno, no importan los nudos gordianos, lo importante es que se deshagan como sea, así que vuelvo al punto de partida...
¿Qué se ama cuando se ama?, se preguntaba el vate chileno, el amor es la experiencia más cercana a dios que poseemos los seres humanos y que a mi en lo particular siempre me he preguntado cuál es la conexiónn interna con algo sublime e inefable a nuestro simples ojos mortales. Si no son los sentimietos quizás sea algo interno de otra clase que aún nadie, ni si quiera la ciencia, la psicología ni Neruda pudieron descubrir.
Yo, aún sigo siendo el mismo tipo ateo, cínico y liberal que siempre es escéptico frente a cuestiones tran trascendentales como la religión, la nación o las clases sociales, pero de algo estoy seguro es la existencia inextricable de algo que nos une y de lo cual nos sentimos ligados en lo profundo, aunque sea con alguien, en lo más profundo de nuestro corazón.

Ideas Varias

En los momentos en que me encuentro es difícil ponerse a pensar en lo que es más sensato y en en lo que es más justo para con sigo mismo y más aún, con lo demás que a uno lo rodea y lo hace más complejo todo. No es que me sienta al lado del camino como cantara Fito Páez, ni menos soy un nihilista de eso que infestan las calles de nuestras ciudades. Lo mio es mucho más básico, pero no por ello menos inextricable. Mucho hay.es que las ideas me fluyen y se escapan presurosas hacia lugares que ni si quiera conozco, presurosas se escapan como animales salvajes que encontraron la salida a su infaustas jaulas. No tengo demasiadas armas para cogerlas. Sólo estoy fluyendo palabras que no sé para donde van a ir a parar y de las que tampoco me he puesto a pensar detenidamente que van a construir ni que muros van a derribar.Estoy algo radical, no tan mal, fuera de todo contexto de imagen. Sigo y sigo generando más ideas que no logro aprehender, de las que de tanto en tanto soy muchos lugares lejanos y ajenos en los que nunca he estado ni frecuentado en pelas de perros, también soy muchos, soy el judío errante que maldijo al redentor en la cruz y obligado a vagar eternamente en noches y días de intranquilidad conociendo a todos los que nunca osaron alzar la mirada y mirarme las greñas desatadas por el tiempo infame; soy el los tesoros más preciados de oriente por los que miles se entregaron ciegamente por lo que veían plácidamente sus ojos, así fui pasando de robo en robo, de mano en mano hasta sumergirme en las profundidades del olvido bajo el mar a causa de horribles tempestades que me hicieron naufragar; soy Los Andes emergiendo arrogante desde los confines del mundo hasta rascar los más alto del cielo que me observaba con miedo e impaciencia inconcebible.Ahora vuelvo y soy yo, todos los que he sido y cada uno de los que me he pensado me confluyen en un instante. y así seguiré, hasta que encuentre la forma ideal de cazar mis ideas que me ayuden a tener a mi imaginación dentro de mi mismo.

Adiós compañero, Carlos G.

cuando nos despedimos de alguien, qué es lo primero que pensamos, que es aquello que se viene a la mente. Nunca es fácil decir adiós y sobretodo cuando esa persona es alguien que estimas y que compartes muchas cosas.
Compañeros, como la palabra latín, "compartir el pan", es mucho más de lo que los avezados marxistas pensaron para esa palabra, pero es útil cuando queremos igualarnos con un otro que está a nuestra altura de la que nos sentimos envidiablemente parte. que tan compañeros fueron los que murieron en la selva boliviana junto al Che por un ideal que compartían, que tan compañeros fueron Bioy Casares y Borges narrándose azares y lugares impensados en tiempos perdidos, que tan compañeros fueron el Quijote y Sancho en su travesía infinita de locuras y gestas imparables: es todo imborrable.
No queda lugar para pensar en llantos, sólo hay espacio para los futuros esplendores y las guerras perdidas que tanto constarón y que tan poco cuesta narrar.
Elegimos quedarnos con el recuerdo indeleble de estar codo a codo con un otro que supimos comprender en las más complejas realidades. En las palabras que forjamos a fuego duro de caminos hirsutos, entre los recuerdos de los que no están -no porque no quieran estar, sino porque se fueron a otro lugar que el olvido llevó-, de los que no están y no fueron -pero que siguen siempre estando en cada momento-, de las que pasaron y dejaron la marca del viento. de las risas inborrables en una noche rodeados de buena gente, brindando por las que miramos y las que tenemos, por que el huevo es primero que la gallina y a veces no, porque la democracia siempre cae mejor detrás de una cerveza y después de un partido de futbol o una buena película.
Los Buenos Muchachos son esos que quedan, son esos tipos que salen en una conversación sin que los invites, los perros de la calle que nunca te morderán fuerte cuando te caigas en la vereda, los amigos que simpre te darán risas porque nunca lo esperas.
Por eso, por nunca será triste, porque nunca será malo recordar a los amigos y a nuestras hazañas y desventuras, es que pido un salud por todos esos momentos, por los que están con nosotros y por los que no. Por la cerveza que se fue y la que vendrá, Por los amores y las mujeres de las que siempre hablamos. Por la amistad y el compañerismo...
SALUD COMPAÑERO!!!

Nadando en aguas desconocidas

el asunto es el siguiente: vives tu vida plácidamente entre los demás mortales que caminan por la cuidad, entre tanto no esperabas nada ni nadie que te seduzca, difrutando de la comodidad vacia de gastar aire sin pedir nada a cambio. Y de pronto, es un imagen, una epifanía que no logras compreder que se cuela en tus huesos y se aloja en lo más profundo de tu ser. Y no es una invación alienigena como siempre lo esperabas, ni la ciudad ardiendo en llamas como soñaste. Al contrario, se abre la luz y no es una divinidad, sino que es alguien que se mete en tu existencia y de la que no quieres sacar. Esa sensación inicial que no acaba ni cuando la sigues y no comprendes que

aún esté al lado tuyo, soportando juntos unos momentos de felicidad, es que te invade y te conquista. Ya no es el aire ni la nada lo que te llena, sino la cálida sensación de conocer a alguien, aunque sea un rato, un momento en que se juntaron los astros y las probabilidades fueron alegres para ambos, de estar el momento y saber que la felicidad y el amor no son palabras de los poetas.

Ese momento bien vale la pena y vale la pena lanzarse al agua a lo que vendrá al futuro y saber que ya no será sólo existir sin fin, sino que hubo momentos en que viste sus ojos, sentiste su piel y supiste que había inmensidad. Lo que viene luego es desconocido, pero sabiendo que hay algo y alguien que te dio un momento de sí, es más fácil nadar bajo el agua.

la primera es la primera

cuan difícil es lanzar las primeras palabras y llenar el vacio incipido de la nada, con tantas cosas, tantas impresiones y sensaciones que se cruzan por la cabeza, haciéndonos que nos giremos hacia las direcciones más impensadas.
esa es la idea. siempre será la intensión.
de seguir hablando y generar espacios que se necesitan, aunque sean raros y salidos de quién sabe donde, pero cuando hay alguien que se propone expresar sus ideas "bienvenido sea, que tenga un buen viaje". desde ahí nunca se detendrá.
Bien lo decía Voltaire "no concuerdo con tus ideas, pero daría mi vida porque las expresaras". Todos podemos decir lo que queramos. Pienso en una lejana tierra inefable a cualquier descubrimiento, mucho más lejana, en que los hombres y las mujeres se comuniquen con una palabra, lo que crea un dilema, cual sería esa palabra que tantos significados pordría traer consigo en esa entonación oral. Quizás sea harto complejo disparse hacia un lugar así. Mejor hablar y escribir con lo que tenemos. es harto más confortable.